¿Qué imagen tienes de ti?
En las sesiones con mis clientes y también en mi día a día me doy cuenta de que la mayoría de las personas tenemos una auto imagen bastante pobre. Somos nosotros mismos (la persona con la que vamos a pasar toda nuestra vida, que siempre está, con la que compartimos 24 horas al día…) los que peor nos vemos. Y es que normalmente (puede que por creencias, educación… no importa) tendemos a fijarnos en lo malo, a resaltar lo más negativo, y además nos juzgamos por ello, nos identificamos con eso (soy perezoso, incapaz…). Lo juzgamos todo y a todos; de hecho este es uno de los mayores logros en cuanto a desarrollo personal: dejar de juzgar. Creo que el más grande es dejar de juzgarnos a nosotr@s mism@s. Y más interesante todavía, valorarnos todo lo que nos merecemos ser valorados.
El otro día me pasó algo que me hizo pensar. Hablando con unas compañeras, valoraban en mí algo que yo me reprocho por no hacer: ponerme una meta e ir a por ello, pasar a la acción. Yo considero esto mi punto débil; siempre pienso que me gustaría hacer mucho más en el trabajo, como talleres, formaciones, estudiar… y en casa, limpiar, ordenar, cocinar… salir con el niño, excursiones, deporte… y me lo echo en cara, me fustigo porque «no hago lo suficiente». Cuando mis compañeras me dijeron que era muy buena en ponerme una meta e ir a por ella, no podía creerlo, pensé: ¿yo, la reina de la procastinación? Pero analizándolo, resulta que llevaban razón, lo estaba haciendo, pero yo era incapaz de verlo; mi creencia de «no hago lo suficiente» enturbiaba la realidad, y así funciona todo, vemos según creemos. En ese aspecto concreto, me había fijado una meta y un tiempo muy claros, sabía que quería eso y NADA se interponía entre yo y el objetivo, ya sentía mi objetivo como mío y cuando esto es así, te aseguro que lo logras. Me lo merezco, lo quiero, es bueno para mí y para todo el mundo implicado. NO HAY DUDA. Así que lo tengo. Con esta certeza y contundencia estaba moviéndome, me encantó que me lo dijeran, porque no lo estaba valorando en absoluto. Nos hacemos expertos en ver nuestros defectos, nos centramos en nuestras limitaciones, en lo que no hacemos o no sabemos hacer, en lugar de en nuestras fortalezas, y eso crea un estado muy limitante. A veces nos metemos tanto en lo que no nos gusta, que lo que nos hace brillar, lo que nos destaca, queda atrapado, oculto, no lo vemos, y eso no es justo PARA TI NI PARA NADIE. ¡Si yo brillo, otros brillan!
Me he dado cuenta de que cuando estoy apasionada con algo no me cuestiono qué tengo que hacer, simplemente lo hago. Voy a por ello porque mi ilusión puede más que mis limitaciones. He trabajado antes el merecimiento, también es necesario (presta atención a si te sientes merecedor o merecedora de lo que deseas). Haz desde ahí, desde el amor, la ilusión, la pasión y permítete brillar, logra lo que quieras y comparte lo que amas; así utilizas todo tu potencial. Otras personas podrán verte y hacer lo mismo. Si sientes que con tu objetivo estás ayudando a los demás, todo es más fácil. Al estar al servicio de algo mayor que tú: sucede la magia, las cosas pasan, fluyen de manera natural todo es más fácil… 😉
El amor siempre es la respuesta
Un amigo muy sabio nos dice: «ámate a ti m mismo y no necesitarás nada ni a nadie más, el amor es la única respuesta«. Cada día lo veo más claro. Si ni siquiera nos damos cuenta de que somos quienes somos, de qué hacemos, cómo vamos a valorarnos, cómo vamos a amarnos si no nos vemos. Hablemos sobre nosotros, qué importante y necesaria es la tribu y rodearnos de gente que nos ve mucho mejor que nosotras mismas, que sacan lo mejor, que te hacen consciente de tus virtudes.
¡Experimentemos!
Por un lado te propongo esto: hoy, y todos los días que quieras, dile a mínimo tres personas que es lo que más te gusta, que resalta, que brilla en ellas que te sorprende y encanta. Esto va a hacerles sentirse bien. Dile a tu familia, amigos, compañeros que es lo que más te gusta. Vas a regalarles un momento genial, y solo… espera a ver sus caras 🙂 Eso también será un regalo para ti.
También te propongo que preguntes a cinco personas cuáles son las cualidades que más les gustan de ti. Vamos a hacerlo también al revés, porque muchas veces necesitamos ese feedback, para vernos como realmente somos, para vernos mejor de lo que nos estamos viendo. Puede ser cualquier persona que te conozca. Recibe la imagen que tienen de ti y sonríe a esa parte, porque también eres tú. Puede que haya cosas que te sorprendan 😉
¡Pruébalo! Deseo leer tus reflexiones en los comentarios 😀
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