La relación con tu madre y con tu padre es la 1ª relación que tienes en esta vida, por supuesto. Pero tal vez no te has parado a pensar la importancia que tiene en ella a día de hoy. Sí, tu vida aún está marcada por la relación que tuviste y tienes con tus padres.
¿Cómo eres, cómo es tu pareja, cómo te relacionas con las figuras de autoriadad? son algunas de las preguntas por las que podríamos empezar. Podríamos seguir por: ¿cómo es tu relación con el dinero, cuáles son tus creencias religiosas, cómo ha sido tu vida al convertirte en padre/madre, cómo es la relación con tus hij@s, cómo eres de sociable, qué piensas de la familia,…? y un larguísimo etc. también tiene que ver con tus papás.
Piensa que nacemos en blanco, vacíos, y vamos copiando y aprendiendo de las personas que tenemos al lado. Los hijos no hacen lo que les decimos, hacen lo que nosotros hacemos. Pero la figura de los padres va más allá; personas que no han vivido con ellos tienen los mismos gestos, hábitos… aunque no hayan compartido nunca con ellos. Y es que tenemos el padre y la madre que necesitamos para crecer, para avanzar. ¿Te lo habías planteado alguna vez?
Una mala relación
Muchas personas no están en paz con sus progenitores. Les echan cosas en cara o reclaman que no lo hicieron bien. La ma-paternidad no es fácil (si eres madre o padre, lo puedes saber). Todas las personas hacen lo que pueden en cada momento: si pudieran haber hecho las cosas mejor, sencillamente lo habrían hecho. Pero venimos de infancias concretas, con circunstancias concretas, heridas concretas: tus papás también. Es muy importante que todos y todas podamos perdonar y liberar, que podamos sentir gratitud, porque nuestros padres nos dieron la vida y gracias a ellos estamos aquí; si eres mamá o papá, tus hijos están aquí gracias a ellos también, igual que tus sobrinos, nietos…
A los padres hay que agradecerles por todo lo que hicieron y ya está. Es maravilloso conectar con el amor hacia ellos, pero no siempre es posible 🙂 Está bien también, pero hay que colocarlo correctamente
Si no estás en paz con ellos es posible que tiendas a repetir sus historias, haciendo lo mismo o lo contrario que ellos, pero en la misma línea de actuación.
Una buena relación
Si tienes una buena relación con ellos es maravilloso. Pon atención de todas formas a lo que llevas de ellos. En ocasiones, por «lealtad», hacemos las cosas como ellos, nos convertimos en ellos, en lo que ellos querían que fuéramos O CREÍAN que éramos. Nuestro inconsciente tiende a ser y hacer las cosas como ellos, pero es una lealtad mal entendida, ya que como mamá tengo claro que quiero que mi hijo SEA quien es, con las menos cargas posibles por nuestra parte. Y tengo claro también, que prefiero que no repita mis errores, así que trato de resolver yo todo lo que puedo.
Seamos nosotros mismos, libres y con profunda gratitud hacia sus vidas. ¿No te parece? Te leo en comentarios 😉
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